Entre otras, las estrategias que nos gustaría proponer y destacar (algunas ya seguramente en marcha en muchos centros) son las siguientes:
· PROGRAMAS PARA LA
COMUNIDAD EDUCATIVA: Programas formativos para familia, docentes.
o
Educación emocional, habilidades sociales, educación para la
paz, igualdad de género, etc.
· OBSERVACIÓN Y
DINÁMICAS CON LOS ALUMNOS: Observación de todos los posibles signos de anomalías
en el niño y actividades para la expresión.
o
Observación en el aula y en el recreo.
o
Actividades cooperativas para ver las dinámicas de grupo.
o
Actividades de expresión de sentimientos, o de ideas
abstractas, por ejemplo a través de la escritura o el dibujo.
o
Role-playing y técnicas gestálticas.
· DETECCIÓN TEMPRANA Y
AGILIDAD EN LA TRAMITACIÓN:
o
Simplificación de los trámites burocráticos.
o
Reducción del tiempo entre la detección y la comunicación
con el psicólogo del centro, otros profesores y los servicios sociales.
· IMPLICACIÓN DE TODOS
LOS AGENTES EDUCATIVOS:
o
Re-diseño de un protocolo de actuación de centro en el que
todos el equipo del centro esté involucrado para proteger al menor.
o
Total confidencialidad y cautela en el trato con las
familias, si los agresores forman parte de la misma.
· AMPLIACIÓN DEL
EQUIPO ORIENTADOR Y TRABAJO COORDINADO:
o
Inclusión de la figura del trabajador social de manera más
frecuente en el centro y de un especialista en malos tratos para todos los
casos en los que pueda verse afectado el niño: violencia doméstica, bullying,
acoso, abusos, etc.